Memoria Republicana
"Porque su lucha es nuestra lucha"
Que es el archivo de salamanca
El primer paso hacia la creación del llamado archivo de salamanca se dio en abril del 1938, cuando desde el gobierno del bando Franquista se creo la “Delegación para recuperar, clasificar y custodiar la documentación procedente de personas y entidades del bando republicano” un organismo que dependía del Ministerio del Interior y que buscaba proporcionar al gobierno Franquista información referente al enemigo. Información que le seria útil, más adelante, para llevar a cabo la represión y el exterminio de cualquier posible oposición.
Con el fin de conseguir este objetivo y a medida que las tropas fascistas avanzaban y conquistaban territorio, una unidad especial se encargaba de apoderarse de toda aquella documentación que los republicanos en retirada no habían podido destruir o llevarse.
Así pues, se podría decir que el archivo de Salamanca, es una especie de cueva de Ali Baba del régimen Franquista, donde se guardaba el botín de sus saqueos, que más tarde usaría para cometer sus crímenes en a posguerra.
Obtención y Clasificación de los documentos:
La confiscación de los documentos que componen el Archivo de salamanca, tiene su inicio en la caída de Lleida en manos de las tropas “Nacionales” el año 38, aunque en ese caso los resultados fueron escasos. El grueso del expolio empieza en Enero del 39, una vez caída Barcelona llegaron a la ciudad un centenar de efectivos repartidos en una docena de equipos bajo las ordenes del comandante navarro Marcelino de Ulibarri, estos, siguiendo indicaciones precisas, se dedicaron a registrar de manera exhaustiva sedes de sindicatos y partidos políticos, locales de asociaciones y entidades sospechosas de ser contrarias a gobierno fascista, domicilios i despachos particulares de personas, la mayoría exiliadas, hostiles al bando “Nacional”, sedes de diarios, imprentas y publicaciones… Ningún rincón donde pudiera haber el más mínimo rastro de oposición se libro de ser registrado y expoliado por el “servicio de recuperación”.
El rigor a la hora de elegir la documentación que se debían llevar era totalmente chapucera, ante la duda se confiscaba todo, tuviese o no que ver con la República o la Guerra civil. Muestra de ello es que al archivo fueron a parar documentos fechados 50 años antes de que se produjera el golpe de estado.
El saqueo se alargo durante unos 4 meses, a principio de Julio del 39, doce vagones de tren, cargados con 130 toneladas de documentos confiscados, salían de Barcelona dirección a Salamanca, allí, en el antiguo colegio de San Ambrosio, eran encarpetados sin ningún otro orden que la provincia de procedencia y guardados en secciones: Político-Social Barcelona, 1879 carpetas, Político-Social Lérida, 65 carpetas… y así hasta 15.000 carpetas de documentos substraídos a sus legítimos propietarios.
Allí, durante toda la posguerra, un contingente de guardias civiles y policías, estuvieron revisando uno por uno, todo ese montón de documentos, buscando el más mínimo indicio que sirviese para incriminar a cualquier persona que figurara en alguno de esos papeles, cuando eso pasaba, se abría una ficha a esa persona, en la ficha se indicaba la afiliación o los hechos que le podían ser imputados. Haber ocupado un cargo oficial durante la República , haber militado en algún sindicato o partido político, haber colaborado en alguna publicación o simplemente haber escrito de manera afectuosa a algún cargo Republicano, era motivo para que te abriesen una de las tres millones de fichas que se llegaron a crear.
Algo de que avergonzarse
La existencia de este archivo es una prueba clara de que, a diferencia de la republicana, la represión Franquista fue una opción estratégica, pensada, organizada, financiada y llevada a cabo por la cúpula del alzamiento fascista y el gobierno Franquista.
Desde 1977, con la recuperación de la democracia, diversas instituciones, colectivos y particulares empezaron a reclamar la devolución de estos documentos a sus legítimos propietarios.
Por intereses políticos el PP, ha intentado bombardear los acuerdos conseguidos para que esta devolución se lleve a cabo en diversas ocasiones.
De patético recuerdo son las palabras del “intelectual” Gonzalo Torrente Ballester bramando desde el ayuntamiento de Salamanca a “ defender lo que es vuestro por legítimo derecho de conquista ”.
En definitiva, la derecha de siempre lucha para mantener un archivo que haría caer la cara de vergüenza a la ciudadanía de cualquier país democrático del mundo. Mientras que las victimas se les siguen negando lo que por justicia es suyo.